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  • Juan José Alcaide

ISBILYA Excellence AOVE – Empieza un gran año, el mejor




ISBILYA EXCELLENCE AOVE – Fotografía de ©Jorge Garrido



La innovación del sabor tiene nombre sevillano en ISBILYA Excellence AOVE. SIKITITA y KORONEIKI son dos variedades que hay que probar.



Mi regalo



Durante todo el año, y ahora en estas semanas más, nos gusta hacer regalos. Llegar a una casa a la que hemos sido invitados, sorprender o simplemente reconocer con un presente la actitud y el valor de las personas que más cerca tenemos, es algo que a todos nos toca. El valor del detalle queda siempre muy por encima del precio. De hecho, es el enfoque, lo especial y el tiempo que le hayamos dedicado, lo único que verdaderamente va a brillar una vez que desaparezca el papel de regalo, las cintas y los motivos dorados.


El carácter efímero de los obsequios puntúa con doble valor, como se suele decir, si es breve, dos veces bueno. Todos vivimos ya en nuestras casas rodeados por aquello que nuestro gusto, el buen gusto, ha sabido atraer hacia nuestras vidas. Los muebles, la decoración, cada detalle que nos viste y calza, han sido cuidadosamente elegidos bajos nuestros criterios. Pretender entrar en ese mundo privado es cuando menos, una falta de consideración.


Con los años todos vamos desarrollando nuestro gusto por la gastronomía. Comer es sólo una necesidad imperiosa a ciertas edades, pasados esos años jóvenes, la educación y el refinamiento siguen creciendo, transformando la obligación en una suerte de arte revestida de cultura y sensaciones mucho más avanzadas y complejas.


Por mi parte, desde hace ya mucho, sólo soy capaz de encerrar en mis regalos sensaciones que duren lo mismo que tarde la memoria en olvidar. El buen gusto de una botella de vino, unas conservas superiores difíciles de encontrar o simplemente la especialidad del último rincón que acabo de visitar en un gran viaje.


Por otro lado, además están las personas. Dicen que los amigos son la familia que elegimos, a diferencia de la familia en que nacemos. Con mis amigos, atraídos por los mismos gustos, comparto una gran pasión culinaria y un afán por superar recetas y conocer sabores nuevos, originales y sorprendentes. A este nivel, no es fácil sorprender. Gourmets y sibaritas; la elección se complica intentando no caer en errores de marcas ni precios. Lo bueno ha de ser bueno primero, la etiqueta viene después.


Ese año, mucho más cerca de lo que me imaginaba, he encontrado un tesoro para mi casa y para regalar.







La potencia de la recolección temprana empieza a cautivar mis sentidos y las páginas de este blog.



Desde el mismo corazón del Aljarafe sevillano, envuelto en tradiciones que mezclan lo mejor de tantas culturas como han conocido estas tierras, una nueva revolución ilumina de intenso verde el sabor del mejor AOVE. Apenas cuarenta hectáreas, dos hermanos (una química y un biólogo) y un proyecto rompedor, han bastado para reescribir procedimientos, técnicas y acuñar nuevas variedades.


ISBILYA resucita el antiguo nombre musulmán de la capital andaluza no para ahondar en sus tradiciones, sino para despertarlas y romperlas. Apostando por la ciencia, las nuevas técnicas y los procesos más avanzados están consiguiendo alcanzar nuevos paradigmas escribiendo nuevas páginas en el libro de los aceites de oliva, que sin duda abrirán brecha entre pasado y futuro.


La recolección a mediados de octubre ya supone todo un desafío. Una apuesta clara por el sabor de los matices más afrutados en detrimento de la producción, marca el pulso por conseguir la exclusividad de lo mejor. La calidad no vale si no es altísima calidad. Cosecha en las horas menos calurosas del día, molturación rápida y cercana, extracción en frío… son sólo algunos de los procedimientos que suman su parte a un resultado que hay que probar.



ISBILYA EXCELLENCE AOVE – Fotografía de ©Jorge Garrido





SIKITITA y KORONEIKI sin filtrar



SIKITITA es una nueva variedad de madre picual y padre arbequino creada por la Universidad de Córdoba. KORONEIKI llega directamente desde el olivar griego aportando aceites amargos y picantes.



Una cata de lujo no es fácil de conseguir todos los días. Las tonalidades verdes y los sabores, mucho más persistentes e intensos, no dejan lugar a dudas. La cecina, la mojama de atún, el salmorejo y algunos quesos, hacen de cada combinación toda una explosión de cualidades que crecen unas sobre otras.


Puedo asegurar sin miedo a equivocarme que mi cocina se ha vestido de gala para recibir tan brillante visita.





El lujo de la sencillez



Cada vez que la ocasión lo merece, hay que recurrir a un mínimo para así poder hacer el honor de valorar y medir lo grande.


Una miga de pan recién horneado, de pueblo y de masa madre es un buen comienzo. Un plato sencillo, blanco, donde la luz refleje toda su cromática verdad. Por último, la humildad de unos granos de sal. En mi casa esta receta tan sencilla es una realidad que me permito recordar cada vez que se presenta la oportunidad.


Sólo, lo mejor de entre lo bueno, es lo que quiero para mis amigos. Quedar bien, marcando estilo y clase, no es tan caro como alguno podría pensar. Basta con llamar a las cosas por su nombre, saberlas presentar y rendir honores.


Este año, quizás el mejor AOVE que he probado y uno de los mejores del mundo, será quien me represente cuando yo ya me haya marchado tras la visita, la cena o el cálido saludo de Navidad. Un regalo puede ser mucho o nada. Todo depende del idioma que estemos usando para transmitir. Un sabor con el que cerrar los ojos, inundar el paladar y emitir un juicio certero, no me parece mal embajador.


¡Salud!




ISBILYA EXCELLENCE AOVE – Fotografía de ©Jorge Garrido





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